se fue de su casa hace tres años,
después de la ultima paliza.ni siquiera espero el asado de
noche buena, gratificación
gastronómica impensable en ese
símil de hogar, violento, disociado.
Andrés tenia siete años y fue,
también,la ultima vez que lloro.
partió rumbo al norte o al olvido con todas sus pertenencias, un
jean horadado, dos remeras de color ausente, zapatillas gastadas y
cortapluma chiquita,para librarlo de todo mal. desde entonces,
Andrés mide su
performance académica con
números que califican en el mundo de la calle .seis entradas en la comisaria 16, cuatro en la 14, en la primera, su madre lo fue a buscar, el oficial dudo al verla alcoholizada. en las otras, algún hermano ,el coscorrón por la perdida de tiempo.
Andrés quedo en
constitución. carente de
mínimos afectivos, se hizo un''sin ley''.pequeñas
ratonerias ,
averías que no llegan al delito, estrategias pillas de supervivencia. en su
léxico no hay lugar para simbolizar: no sabe lo que es ''regalo'',a el ''le dan''.come en templos de varios credos,se mofa de todos. a los diez años es ya un
león en
cócteles de
poxiram y
paco. se tutea con el sexo, le falta el respeto. uno de sus ídolos es
travesti que, alguna vez, le acaricio la cabeza sin preguntas. su porvenir tiene trayecto corto, el futuro es hoy y esta noche es
nochebuena.sabe que papa
noel regala juguetes,
autitos, trenes, muñecas.
andres juega al triste juego de la verdad abriendo puertas de autos de verdad, buscando la moneda en trenes de verdad, con adolescentes muñecas de verdad. sueña que el viejo papa
noel le da una navaja de acero, para librarlo de todo mal. son las diez, la gran madre
estación esta quedando despoblada, los ojos de
Andrés se nublan, sus compinches creen que es por la sidra. encerrado en el gran baño , el niño a vuelto a llorar.